Mi boicot
Así como el primero de mayo de 2006 todos estuvieron dispuestos a boicotear a las empresas estadounidenses en apoyo a nuestra gente que vive en Estados Unidos, yo personalmente voy a boicotear a las personas que no voten este dos de julio, y no por un día, sino hasta que mi dedo quede sin mancha.
Así es, no voy a comprarle nada a la gente que no tenga dedo pintado (a ver si no me muero de hambre...). Es más ni siquiera les voy a hacer caso porque no serán dignos de mi atención.
Para los huevones que dicen “Yo no voto en señal de protesta”, les aviso que eso se hace yendo a la casilla y anulando su boleta (o mejor aún, votando por un candidato independiente), y no quedándose en casa tirando bola. Estoy harto no sólo de que en el extranjero vean al mexicano como un tipo con zarape y sombrerote echándose una jeta recargado en un cactus, sino de carecer de argumentos para echar por tierra este estereotipo.
Para que la democracia exista y funcione, es necesario que TODA la ciudadanía vote, no nada más la gente a la que le dan torta; para que quien resulte electo sea realmente la persona en quien México confía más para hacer el trabajo (o por lo menos a la que le tenemos menos miedo). Así que si no votan, por la razón que sea, no les extrañe que no los pele por un rato.
Así es, no voy a comprarle nada a la gente que no tenga dedo pintado (a ver si no me muero de hambre...). Es más ni siquiera les voy a hacer caso porque no serán dignos de mi atención.
Para los huevones que dicen “Yo no voto en señal de protesta”, les aviso que eso se hace yendo a la casilla y anulando su boleta (o mejor aún, votando por un candidato independiente), y no quedándose en casa tirando bola. Estoy harto no sólo de que en el extranjero vean al mexicano como un tipo con zarape y sombrerote echándose una jeta recargado en un cactus, sino de carecer de argumentos para echar por tierra este estereotipo.
Para que la democracia exista y funcione, es necesario que TODA la ciudadanía vote, no nada más la gente a la que le dan torta; para que quien resulte electo sea realmente la persona en quien México confía más para hacer el trabajo (o por lo menos a la que le tenemos menos miedo). Así que si no votan, por la razón que sea, no les extrañe que no los pele por un rato.