Mochila al hombro II
Música: "El camino" Aleks Syntek
El viaje de vuelta suele ser cansado. A pesar de ser entre 12 y 14 horas de viaje, rara vez puedo conciliar el sueño por más de dos horas. Es molesto cuando son 3 de la mañana y no puedes dormir. Cuando me pasa eso en casa salgo a correr, me baño y me vuelvo a dormir, o me pongo a escribir. Pero en el camión no puedes hacer más que pensar, porque la luz no te alcanza para más, y esperar a que amanezca.
Hay algo extraño que percibo cada vez que vuelvo. Algo tienen los amaneceres en el Bajío mexicano, que no se ve ni se oye, ni se huele, ni se siente, pero está ahí con toda seguridad. Intenté la fotografía, pero tras varios intentos resultó evidente que carezco del equipo y los conocimiento técnicos requeridos para capturar lo que yo quería, en movimiento. Así, aunque no soy asiduo al video como medio de expresión propia, tuve que recurrir a él.
Tal vez no haya nada ahí. Tal vez es mi gremlin en el ala del avión. Sólo sé que hay algo en los amaneceres en el Bajío mexicano, que me hacen querer volver y quedarme aquí.
El viaje de vuelta suele ser cansado. A pesar de ser entre 12 y 14 horas de viaje, rara vez puedo conciliar el sueño por más de dos horas. Es molesto cuando son 3 de la mañana y no puedes dormir. Cuando me pasa eso en casa salgo a correr, me baño y me vuelvo a dormir, o me pongo a escribir. Pero en el camión no puedes hacer más que pensar, porque la luz no te alcanza para más, y esperar a que amanezca.
Hay algo extraño que percibo cada vez que vuelvo. Algo tienen los amaneceres en el Bajío mexicano, que no se ve ni se oye, ni se huele, ni se siente, pero está ahí con toda seguridad. Intenté la fotografía, pero tras varios intentos resultó evidente que carezco del equipo y los conocimiento técnicos requeridos para capturar lo que yo quería, en movimiento. Así, aunque no soy asiduo al video como medio de expresión propia, tuve que recurrir a él.
Tal vez no haya nada ahí. Tal vez es mi gremlin en el ala del avión. Sólo sé que hay algo en los amaneceres en el Bajío mexicano, que me hacen querer volver y quedarme aquí.
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