Acuarela
De niños todos dibujamos. Yo vengo de una familia de amplio talento artístico, mis dos padres pintaban óleos, mi hermana estudiaba diseño gráfico y mi hermano es arquitecto. Y yo, pues siempre fui la oveja negra en ese aspecto, cuando mis hermanos pintaban a la Mona Lisa yo hacía monitos de palitos y bolitas sin orejas (nada que ver con Van Gogh).
Así que, decepcionado, dejé de dibujar por un tiempo... alrededor de 20 años. Cuando finalmente volví a darle una oportunidad al dibujo, me di cuenta de que no era tan, tan malo. De hecho, para ser la primera vez que dibujaba en 20 años, cabe mencionar que resulté aceptablemente bueno. Pero lo malo de haber dejado de hacerlo desde joven es que ahora carezco de la capacidad de abstracción para dibujar de la imaginación al papel. Puedo dibujar más o menos decentemente, pero siempre de una fotografía, o de un modelo real.
Como no me interesa convertirme en un Miguel Ángel, (yo quiero ser un Leonardo), con eso me basta. Y pues ya me puse a dibujar un rato a lápiz, pero como tendré algo de tiempo libre en estos días, decidí aventurarme a pintar acuarelas, que siempre me han llamado mucho la atención por su luminosidad.
Ya me compré mi estuche de acuarelas marca pato para poderles echar la culpa de lo chafa de mis pinturas, o si me salen bien para poder decir "y eso que mis acuarelas son marca patito". También, como buen discípulo de Bob Ross, me compré mi pincel de abanico para efecto de los árboles felices. Lo malo es que ahora ando medio apretado de dinero, con esto de los trabajos finales, y ya no alcancé a comprarme papel, un board, cinta, una esponja, un rigger y un cepillo de dientes. Ahora que haya chan$e, o si alguien quiere darme un regalo de graduación , ya sabe.
Así que, decepcionado, dejé de dibujar por un tiempo... alrededor de 20 años. Cuando finalmente volví a darle una oportunidad al dibujo, me di cuenta de que no era tan, tan malo. De hecho, para ser la primera vez que dibujaba en 20 años, cabe mencionar que resulté aceptablemente bueno. Pero lo malo de haber dejado de hacerlo desde joven es que ahora carezco de la capacidad de abstracción para dibujar de la imaginación al papel. Puedo dibujar más o menos decentemente, pero siempre de una fotografía, o de un modelo real.
Como no me interesa convertirme en un Miguel Ángel, (yo quiero ser un Leonardo), con eso me basta. Y pues ya me puse a dibujar un rato a lápiz, pero como tendré algo de tiempo libre en estos días, decidí aventurarme a pintar acuarelas, que siempre me han llamado mucho la atención por su luminosidad.
Ya me compré mi estuche de acuarelas marca pato para poderles echar la culpa de lo chafa de mis pinturas, o si me salen bien para poder decir "y eso que mis acuarelas son marca patito". También, como buen discípulo de Bob Ross, me compré mi pincel de abanico para efecto de los árboles felices. Lo malo es que ahora ando medio apretado de dinero, con esto de los trabajos finales, y ya no alcancé a comprarme papel, un board, cinta, una esponja, un rigger y un cepillo de dientes. Ahora que haya chan$e, o si alguien quiere darme un regalo de graduación , ya sabe.