El volado
Ya se me había olvidado esa pequeña idiosincrasia mía.
Cara de rata y Angeliquita de mis amores solían decirme que yo era un volado, güilo, coqueto y facilito. Creo que era en ese orden. Estamos hablando de hace unos 10 años, cuando era yo joven y bello (bueno, era joven...), algo calenturiento, pero más que nada, inocente.
Sí, alguna vez fui inocente e ingenuo, al menos en lo que al sexo opuesto se refiere. Mucho. Y aún no se me quita del todo, hasta la fecha siguen haciendo de mi lo que quieren y para cuando me doy cuenta ya ni llorar es bueno (aunque dicen que lo bailado nadie nos lo quita, es más bonito cuando vas con intención). Soy de los pocos hombres que conozco que honestamente podemos afirmar que una mujer se ha "aprovechado" de ellos. Me gustaría decir que me pasó sólo una vez porque me pescaron con la guardia baja (the kishkirishkish incident), pero hasta la fecha van tres o cuatro y contando, (no todas las cuento, hay unas muy vergonzosas). Ya es como para pensar que hay un patrón ahí. ¿No?
Bueno, dicen que de músico, poeta y loco todos tenemos un poco. Yo tengo un poco más que un poco de las tres. Ademas de eso soy un esteta y hedonista. Y para rematar soy brutalmente honesto. Padezco de incontinencia verbal crónica, digamos.
Mezclen todas las anteriores y obtendrán algo así como una versión refinada (no mucho) de un albañil. Una extraña quimera, un híbrido entre Cyrano de Bergerac y Cantinflas (más feo que los dos juntos). La verdad es que ciertamente disfruto del fino arte de lanzar piropos.
Pero por la posibilidad de robar una sonrisa, más que vale la pena el soportar la indiferencia, el insulto o el golpe (siempre y cuando no sea a una beisbolista / golfista / cocinera, en cuyo caso el posible daño físico hace prudente el considerar desistir, y aún así, no sin sopesarlo a conciencia).
Del mismo modo, aunque suene un poco frío de mi parte, el que les lanzemos piropos o les digamos cosas bonitas no significa forzozamente que queramos tomar ventaja de ustedes. Habemos no pocos hombres honestos que cuando decimos "Tienes los ojos más hermosos que he visto" o "Me pareces una mujer muy bonita" queremos decir "Tienes los ojos más hermosos que he visto" o "Me pareces una mujer muy bonita" y no "Quiero acostarme contigo" o "A ver en cuánto tiempo aflojas" (ya eso lo decimos después).
Y una última cosa. El no ser la única depositaria de los piropos de alguien, de ninguna manera nulifica el piropo, ni tiene por qué restarle valor a menos que caiga en la categoría de "quiero que seas la mujer con la que me haga viejo" (y eso sólo por nuestra cultura monógama).
Dedicado a todas ustedes, atados de virtudes y merecedoras de lisonjas.
Cara de rata y Angeliquita de mis amores solían decirme que yo era un volado, güilo, coqueto y facilito. Creo que era en ese orden. Estamos hablando de hace unos 10 años, cuando era yo joven y bello (bueno, era joven...), algo calenturiento, pero más que nada, inocente.
Sí, alguna vez fui inocente e ingenuo, al menos en lo que al sexo opuesto se refiere. Mucho. Y aún no se me quita del todo, hasta la fecha siguen haciendo de mi lo que quieren y para cuando me doy cuenta ya ni llorar es bueno (aunque dicen que lo bailado nadie nos lo quita, es más bonito cuando vas con intención). Soy de los pocos hombres que conozco que honestamente podemos afirmar que una mujer se ha "aprovechado" de ellos. Me gustaría decir que me pasó sólo una vez porque me pescaron con la guardia baja (the kishkirishkish incident), pero hasta la fecha van tres o cuatro y contando, (no todas las cuento, hay unas muy vergonzosas). Ya es como para pensar que hay un patrón ahí. ¿No?
Bueno, dicen que de músico, poeta y loco todos tenemos un poco. Yo tengo un poco más que un poco de las tres. Ademas de eso soy un esteta y hedonista. Y para rematar soy brutalmente honesto. Padezco de incontinencia verbal crónica, digamos.
Mezclen todas las anteriores y obtendrán algo así como una versión refinada (no mucho) de un albañil. Una extraña quimera, un híbrido entre Cyrano de Bergerac y Cantinflas (más feo que los dos juntos). La verdad es que ciertamente disfruto del fino arte de lanzar piropos.
Más no me juzguéis pues con tal premura,La verdad es que el piropo nada cuesta, y sólo tiene tres posibles consecuencias:
si es que a diestra y siniestra lanzo flores.
No es que sea yo un don Juan, o un mil amores
por cantar franco y llano su hermosura.
Que aunque yo en la mujer encuentro el gozo
voto no hacerlo de manera impura,
y aunque parezca ser sin galanura,
no lo hago nunca en modo deshonroso.
- Una sonrisa, con sonrojo de preferencia.
- Indiferencia
- Agresión, verbal o física.
Pero por la posibilidad de robar una sonrisa, más que vale la pena el soportar la indiferencia, el insulto o el golpe (siempre y cuando no sea a una beisbolista / golfista / cocinera, en cuyo caso el posible daño físico hace prudente el considerar desistir, y aún así, no sin sopesarlo a conciencia).
Del mismo modo, aunque suene un poco frío de mi parte, el que les lanzemos piropos o les digamos cosas bonitas no significa forzozamente que queramos tomar ventaja de ustedes. Habemos no pocos hombres honestos que cuando decimos "Tienes los ojos más hermosos que he visto" o "Me pareces una mujer muy bonita" queremos decir "Tienes los ojos más hermosos que he visto" o "Me pareces una mujer muy bonita" y no "Quiero acostarme contigo" o "A ver en cuánto tiempo aflojas" (ya eso lo decimos después).
Y una última cosa. El no ser la única depositaria de los piropos de alguien, de ninguna manera nulifica el piropo, ni tiene por qué restarle valor a menos que caiga en la categoría de "quiero que seas la mujer con la que me haga viejo" (y eso sólo por nuestra cultura monógama).
Dedicado a todas ustedes, atados de virtudes y merecedoras de lisonjas.