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En las culturas occidentales la congruencia y la individualidad son, en general, más valoradas que la armonía con los demás. En la cultura japonesa resultan más importantes los intereses de la comunidad que los propios. Me gusta mucho hablar de este valor porque es un claro ejemplo de cómo alguien con un sistema de valores distinto al nuestro no forzozamente tiene que estar "mal" si nosotros estamos "bien" (o viceversa). Simplemente son sistemas de valores distintos acordes a la realidad de los distintos individuos o culturas.
La armonía va intrínsecamente ligada al concepto de equilibrio. La armonía se logra al alcanzar un equilibrio entre las fuerzas opuestas que nos dirigen. En términos de ética aristotélica se refiere al punto medio entre la carencia y el exceso que Aristóteles define como virtud.
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